Time, el lujo de hoy.

Una constante en mi vida y en mi obra, es la obsesión por el tiempo, uno que transcurre demasiado deprisa y que nunca puedo recuperar.

Son muchas las veces en las que me gustaría detenerlo o tener una máquina que me permitiese rebobinarlo o adelantarlo a mi antojo.

Inspirada por la fascinación que ejercen en mí las multitudes, recurro al uso de la cámara fotográfica con la intención de congelar los instantes, en un intento ficticio de detener, justamente ese  tiempo que se me escapa.

Cada una de las imágenes que conforman el diario visual de mi obra y que son la confluencia de varios proyectos, representa la ilusión de detener el tiempo a mi antojo. Quisiera parar el reloj aunque la vida siga, viendo como todo avanza a mi alrededor mientras permanezco estática, convirtiéndome en su espectadora.           

En la creación de cada montaje, indago en una vida que vivimos demasiado deprisa sin ser conscientes ni disfrutar de lo que sucede a nuestro alrededor. Somos como el conejo de Alicia, siempre corriendo para llegar a algún sitio del que rápidamente nos iremos en busca de un lugar mejor, viaje que también haremos con prisa y con ansia por llegar.

Son muchas las veces en que tengo la sensación de que somos como hámsters atrapados en una rueda que gira y gira y nunca se detiene.