Estas obras forman parte de la serie “CRIPTOGRAMAS: Una Ensoñación Líquida”, donde los cuerpos se convierten en unos seres espectrales, que emergen desde lo profundo de la memoria para dibujar y exteriorizar un universo muy personal. La atmosfera onírica creada, es como una ensoñación que recoge la experiencia de los sentidos y proyecta los fantasmas, escondidos hasta ahora. Las figuras aparecen exiliadas de la realidad, como seres efímeros, evocados por la memoria, invadidos por la nostalgia, flotando en un ensueño melancólico que dibuja recuerdos... En búsqueda de la identidad, la propuesta pretende hacer un recorrido por la memoria, tratando de mostrar una reflexión muy personal. Se intentan representar unas intuiciones, influidas por antiguas leyendas, adquiridas desde la infancia, removiendo los recuerdos para conseguir así un acercamiento a los orígenes. Es una propuesta artística que pretende recuperar vínculos y raíces afectivas, evitando su olvido.